Erase una vez un hombre que escribía cuentos infantiles,sus cuentos eran preciosos, ese hombre tenia mucha imaginación. Un día el hombre que estaba en su oficina decidió deja de escribir durante un tiempo , por que el hombre no pasaba ni un solo rato con su mujer ni con su dos hijos y como se acercaba el mes de diciembre quería pasar toda la navidad con la familia.
Pasaron los días y cada día que pasaba mas ganas tenia el hombre de ir al trabajo pero tuvo un problema que también quería estar con su familia , se lo se lo comentó a su mujer que estaba haciendo la comida .
-Andrea tengo muchas ganas de estar contigo y con los niños pero también tengo muchas ganas de seguir escribiendo . -Dijo el hombre.
-Pero...Antonio puedes escribir aquí también, los niños cada día son mas grandes , también tienes que disfrutarlo por que cuando menos te lo esperas puf... se harán mayores y se irán de casa y te arrepentirás... vamos que tú veras . -Dijo Andrea, su mujer.
-Pero Andrea ponte en mi lugar .-Dijo Antonio .
-Pero Antonio tenemos una habitación vacía, puedes poner ahí un despacho y traer tus cosas de la oficina a casa pero tiene que ser rápido que hoy es 28 de diciembre y dentro de dos días es Nochevieja y va a venir toda la familia. -dijo Andrea .
-Oye es verdad así paso tiempo con vosotros y también puedo trabajar. Muchas gracias cariño ya voy a hacer las mudanzas, adiós un beso.
(Al día siguiente)
-¡ Andrea, Andrea ! .-Gritaba Antonio- ya está aquí el camión vamos a descargar mis cosas del trabajo. -Dijo Antonio muy impaciente.
Y al día siguiente...
Ya era por la tarde y empezó a venir la familia, empezaron a cocinar y a hablar y a las 3 horas después empezaron a comer y comieron, en vez de perdices, carne rellena y vivieron felices navidades por el resto de sus vidas...
1 comentario:
Lucía, muy bien; aunque quiero que te fijes en cómo se tiene que escribir un diálogo, ¿de acuerdo?
Revisa también los colores que se hace un poco difícil leer la historia.
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